¿Qué es Animus?

Animus es un Centro de Desarrollo Humano que ofrece soluciones de bienestar y desarrollo humano para fomentar la calidad humana, el desarrollo del potencial humano y el progreso de las organizaciones.

Ekagrata


Mircea Eliade

La ekagrata, es la concentración en un solo objeto, el cual puede ser, indistintamente, un objeto físico (parte del cuerpo o externo), un pensamiento o Dios. Esta concentración firme y continua se obtiene mediante la integración del flujo psicomental, concentrando la atención multilateral, discontinua y difusa.

La ekagrata tiene como resultado inmediato la censura pronta y lúcida de todas las distracciones y todos los automatismos mentales que forman y dominan la conciencia profana. Abandonado a la voluntad de las asociaciones y sensaciones, el hombre pasa el día dejándose invadir por una infinidad de momentos inconexos y como exteriores a sí mismo. Los sentidos o el subconsciente introducen continuamente en la conciencia objetiva objetos que la dominan y modifican, según su forma e intensidad. Las asociaciones dispersan la conciencia, las pasiones la violentan, la "sed de vida" la traiciona al proyectarla hacia afuera. Incluso en sus esfuerzos intelectuales, el hombre es pasivo; porque el destino del pensamiento profano es ser pensado por objetos. Bajo las apariencias del "pensamiento" se esconde en realidad un centelleo indefinido y desordenado, alimentado por las sensaciones, las palabras y la memoria. El primer deber del yoguin es pensar, esto es, no dejarse pensar. Por ello la práctica Yoga comienza con la ekagrata, que obstruye el flujo mental y constituye así un "bloque psíquico", un continuum firme y unitario.

El ejercicio ekagrata tiende a controlar las dos generatrices del flujo mental: la actividad sensorial y la del subconsciente. El control es la capacidad de intervenir a voluntad y de manera inmediata en el funcionamiento de esas dos fuentes de "torbellinos" mentales. Un yoguin puede obtener cuando lo desee la discontinuidad de la conciencia; dicho de otro modo, puede provocar en cualquier momento y en cualquier lugar la concentración de su atención en un "solo punto" y volverse insensible a cualquier otro estímulo sensorial o mnemónico. Con la ekagrata se obtiene una verdadera voluntad, es decir, el poder de regir libremente un importante sector de la actividad psicosomática.